lunes, 5 de marzo de 2018

El Ibex suspende en sostenibilidad: solo nueve empresas tienen objetivos para 2030


El desarrollo sostenible no es un lujo ni una opción, sino una obligación, también en el ámbito empresarial. Así pueden ponerse al día las empresas españolas para cumplir con el Propósito 2030.

Si el mundo cada vez debe ser más sostenible, las empresas no deben ser una excepción. Así lo consideran organismos como la ONU, cuya 'Agenda 2030 para el desarrollo sostenible' propone 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y 169 metas de carácter integrado que exigen una acción colectiva y colaborativa urgente en el ámbito económico, social y ambiental.
Es por eso que, desde hace tiempo, las empresas empiezan a tener dos cuentas de resultados: los financieros y los sociales. Sin embargo, parece que aún queda mucho por hacer, ya que son demasiadas las compañías que no están planificando su futuro en clave sostenible.

26 empresas, sin objetivos de Propuesta 2030

Así lo pone de manifiesto '2030 Purpose: Good Business and a Better Future', un informe elaborado por Deloitte que evalúa la vinculación de las principales compañías con el desarrollo sostenible y con los 17 ODS elaborados por la ONU, al mismo tiempo que estudia su nivel de integración en la estrategia de la empresa y con su modelo de negocio.
Y con los datos en la mano, el futuro no parece muy halagüeño. Según dicho informe, solo nueve empresas del Ibex 35 han definido un propósito que incorpore alguno de estos ODS. Este dato revela la oportunidad que se presenta para fortalecer los propósitos de las organizaciones empresariales y para mejorar la involucración real de las empresas españolas en la Agenda 2030. Además, hay un segundo grupo de cotizadas que sí ha fijado sus propósitos, pero aún distan de ser lo suficientemente robustos.

Por otro lado, el 40% de las grandes empresas españolas cotizadas ya contempla los ODS en sus informes de sostenibilidad, pero solo un 20% tiene sistemas para medir su contribución a la consecución de dichos objetivos. Esta cifra es mejorable, teniendo en cuenta el enorme efecto positivo que los ODS han demostrado tener no solo para la humanidad, sino también en el éxito empresarial a largo plazo.
Y está claro que hay que poner solución a esto. Para Helena Redondo, socia de Gobierno Corporativo y Sostenibilidad de Deloitte, y Teodoro Gómez Vecino, socio de Monitor Deloitte, "las empresas tienen un papel crítico, contribuyendo al desarrollo económico, proporcionando productos y servicios e influyendo en la reducción de las desigualdades y en el progreso de la sociedad en su conjunto. Esta contribución social, además de necesaria, es positiva para la reputación de las empresas, beneficiosa en términos económicos y facilita su sostenibilidad y resiliencia".

¿Por qué es importante cumplir con los ODS?

El cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible se presenta como un acto empático, qué duda cabe, pero no obviemos la realidad: para muchas empresas puede resultar accesorio. Porque está muy bien preservar un mundo mejor, pero si una empresa nace para ganar dinero, ¿por qué ha de desviarse hacia otros objetivos? Por motivos como los siguientes:
1.- Éxito empresarial y compromiso social, de la mano
Realizar una aportación duradera al mundo en general no es bueno solo para la humanidad, sino también para la propia empresa. Para tener éxito, las empresas necesitan asegurarse de que el entorno en el que operan es sostenible. La producción sostenible también puede ayudar a preparar a las empresas para el largo plazo, en particular para aquellos momentos en los que pueda haber escasez de recursos. De hecho, el 75% de los encuestados del informe 'Climate Friendly: the economic advantages of sustainable business' opinó que la escasez de recursos afectaría a su negocio en un futuro próximo.
2.- Captación y retención de talento
La satisfacción del trabajador es a día de hoy uno de los mayores retos de las empresas, y hay indicios de que las empresas capaces de generar esta implicación son aquellas que están comprometidas con el bien social. Los empleados probablemente más fieles a su empresa serán los que compartan los valores de su organización, más allá de los simples beneficios económicos.
3.- Los consumidores, cada vez más comprometidos
Las empresas se enfrentan a un panorama difícil. Tras la crisis financiera, tanto a las empresas como a los empresarios se les exige que rindan cuentas de sus acciones de forma pública. Y es que solo el 53% de la sociedad confía en que las empresas actúen debidamente, ya que la gran mayoría cree que muchas empresas "no tienen más ambición que la de hacer dinero" y que no cumplen sus expectativas. No hay que olvidar que las protestas de la sociedad pueden llevar a una caída drástica de las cotizaciones bursátiles.


4.- Los inversores apuestan por los proyectos sostenibles
A medida que el compromiso con el desarrollo sostenible se vuelve cada vez más crítico para el talento, los consumidores, los socios y los organismos reguladores, los inversores van reconociendo paulatinamente su importancia. Gracias al crecimiento de la ‘inversión en impacto’ y a la aplicación de métricas no financieras, los inversores están empezando a reconocer la interdependencia entre desarrollo sostenible y éxito empresarial.
5.- Transparencia
La tecnología digital ha dado lugar a una era de transparencia en la que el comportamiento es más visible que nunca. Hoy día, las empresas saben que se encuentran en una situación cada vez más arriesgada si deciden adquirir sus productos de proveedores que no cumplen unas normas éticas mínimamente aceptables. En todo el mundo, distribuidores y fabricantes están presentando información acerca del origen de los tejidos, al igual que los productores de frutas orgánicas y de café de comercio justo.
5.- Un planeta más sostenible
Pese a los múltiples avances que tienen lugar en todo el mundo, aún sigue habiendo retos muy significativos y muchas oportunidades de negocio por desarrollar. Los 17 ODS constituyen un marco colectivo y cooperativo que exige una respuesta urgente a través de acciones sistémicas. Ya que los gobiernos se han comprometido a cumplir los objetivos, la sociedad civil y las empresas tienen un papel protagonista a la hora de utilizar su creatividad y capacidad de innovación para resolver los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad y como especie.

Cinco claves para planificar un futuro sostenible

​Ya hemos hecho el diagnóstico, pero ¿cómo se puede planificar todo esto? Si una empresa que no había hecho los deberes quiere empezar a preparar su futuro empresarial teniendo también en cuenta los objetivos de desarrollo sostenible y el Propósito 2030, ¿cómo puede hacerlo? El informe '2030 Purpose: Good Business and a Better Future' propone cinco fases para empezar a trabajar en ello.
1.- Concienciación
El primer paso es inspirar a las empresas para que consideren el establecimiento de su propio propósito. Los resultados globales de tener un propósito son beneficiosos para toda la sociedad, y son las empresas las que se tienen que enfrentar a una serie de desafíos y oportunidades: la divulgación y explicación de cómo el propósito ayuda a lidiar con estos desafíos pueden inspirar el cambio.
2.- Reflexión y autoanálisis
El desarrollo de un propósito se realiza a menudo a través de descubrimientos progresivos desde un punto de vista interno, y no tanto a raíz de planificación externa. A través de un proceso de reflexión y autoanálisis, los ejecutivos pueden trazar una narrativa que describa las contribuciones de la compañía al marco de los ODS. Esta debe conectarse con el modelo de negocio de la compañía, y tener un distintivo carácter inspirador.

3.- Conexión con el modelo de negocio
Para asegurar que genere un impacto genuino, el propósito de la compañía tiene que impactar en todos los aspectos del negocio, y se tiene que utilizar como punto de partida para desarrollar los modelos estratégicos y operacionales de la compañía, su cultura y valores. Esto no implica una transformación radical, sino la identificación de un pequeño número de acciones y procesos de toma de decisiones críticas.
4.- Acciones públicas
La compañía tendrá que demostrar el compromiso con su propósito a través de acciones, iniciativas, proyectos de negocio y campañas públicas de alto impacto. Estos proyectos y programas pueden servir para resumir y destacar los beneficios del propósito y así facilitar su difusión en todos los aspectos de la compañía.
5.- Medición de resultados
Los resultados del propósito se tendrán que evaluar, monitorizar y comunicar para asegurar la asunción de responsabilidades y la focalización del esfuerzo hacia una mejora continua. Además, esto ayuda a los grupos de interés a mantener el foco en los objetivos a largo plazo que el propósito representa.


 Fuente: elconfidencial.com

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